En mi juventud, entendí por vez primera la belleza del paisaje como un tesoro. La ruta que se desplegaba ante mí, sinuosa y serpenteante, me condujo a través de valles y montañas, en un viaje que parecía interminable. El paisaje, en perpetua transformación, me desveló una belleza que nunca hubiera imaginado. Los tonos ocres y dorados del suelo, el azul intenso del cielo y los sonidos frescos del viento en mi cara se unieron para crear una sensación única. Comprendí entonces que la belleza no se encuentra en los lugares exóticos y lejanos, sino en los paisajes que nos rodean, en los sonidos y las texturas que se esconden en nuestro entorno. Es preciso saber escuchar con los oídos adecuados para desentrañar la belleza que subyace en el paisaje.
Benito Marianetti produce
obras experimentales en el sonido y la imagen. Ha colaborado en varios proyectos escénicos, lo que ha permitido que su presencia creativa se manifieste en la manera en que experimenta y hace presente su arte. En la actualidad, reside y trabaja en la provincia de San Juan, donde continua su exploración artística y deja surgir de sí mismo procesos creativos.