Sins & Songs by IDEALIPSTICKS

Sins & Songs es una nueva lección de rock. Rock porque es lo primero que te viene a la cabeza cuando abres el segundo disco de Idealipsticks –el primero se llamaba ‘Radio Days’ y ya nos hizo relamernos de gusto- .

Vuelve la alternancia de voces femenina –la de Eva Ryjlen- y masculina –la de Jave Ryjlen- y vuelve el lado más sexy del rock patrio sin nada que envidiar a bandas como The Kills o The White Stripes o, ya que estamos, The Dead Weather.

La diferencia es que, esta vez, las guitarras crujen con más garra que hace año y medio y añaden coros que invitan a tararear, un bajo demoledor en su justa medida y detalles que rematan la jugada de una manera tan sutil que hace que todo parezca casual pero no, no lo es. Se han enfundado las chupas y los pantalones de cuero y han dado un paso más, uno de gigante. Es la manera que tienen los Ryjlen de advertir que no piensan pasar desapercibidos. Son los más chulos y esta es su evolución rock.

Trece canciones en poco más de 35 minutos, con estribillos contagiosos y motivos suficientes para que de igual en qué posición del disco te encuentres: merecen la pena todos y cada uno de sus rock-artefactos.

Vale, estamos de acuerdo en que el single es ‘Losers and Lovers’ porque no hace falta que pasen más de dos segundos para que te electrifique pero el susurro de ‘I Can’t Deny It’ nada más comenzar, sugiere que quieras más y el guiño americano de ‘Hell Yes’ -con algo atípico como la voz de Jave de protagonista- indica que pueden con todo.

Atraviesas el ecuador y aparece una dedicatoria con nombre de mujer –‘Nora’-, un movimiento que deja las cosas claras –‘I’m Not Your Girl’- y algo que apaga tu sed de rock bajo el título de ‘Love and Weakness’. Claro que, pensándolo mejor, puede que la aumente… ‘Jane’ se antoja divertida hasta que aparece la voz de Eva y la explosión sensual… y rock. Y para el final, ¡un banjo! Es ‘The Others’, como si fuera una versión del disco country de los Supersuckers, sólo que Jave recita y Eva casi aulla.

Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete… he escrito siete veces ‘rock’ en un texto de siete párrafos, supongo que a modo de publicidad subliminal porque eso es el regreso de Idealipsticks: rock en estado puro. Y punto.

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