EXODO by Mariano Rodriguez

ÉXODO
En esta travesía popular por los parajes que la topografía del Libro de los Libros llama “el desierto”, y entre el ruido que producen tus pasos polvorientos y el quejido, todavía como de carcelario encadenado a la pared, de la caravana que te sigue, vos, poeta (o profeta), habrás de distinguir el timbre de la Voz divina.
Escuchá profundamente.
Discerní los trazos de su presencia entre la maraña de ruidos, distorsionados por el peso de este paisaje monocorde, que atraviesan tu umbral. Porque de ahora en adelante habrás de vivir a través de ese Sonido, que vas a recortar con el cincel y el martillo en diez versos para grabar sobre la piedra. Ordenarán el pasaje de tu pueblo desde la servidumbre hacia la libertad.
Hasta el día en que el Sonido se haga carne y, entonces, habite entre nosotros, consumando otro pasaje sobre el paisaje ya pasado. En el paso de la muerte a la Vida, escuchás la Voz, que compromete nuestro destino, otra vez entre el polvo, con un solo verso: ámense los unos a los otros, como yo los he amado.

Y aquel que también quiera escuchar, que escuche.
Clara Ruocco