Glosolalia by Miraluna

Todo se contuvo en una mirada. La mirada fecundó por un destello lunar y el resultado fue una serie de sonidos incontenibles. Arrastró en la garganta de Miraluna la lengua de la serpiente que renacía. El frenesí era una estela del ritmo del cosmos y su perenne danza.

La tierra clavó una estaca en su ojo céntrico liberando el éxtasis. Todo era música. Con música entendió la totalidad. Dejó de ver su cuerpo unilateral; de pronto era aire o fuego, homínido, hombre, árbol, pájaro, gusano, tierra, minerales, polvo, estrella, Todo y Nada… Música. Sobre todo era música. Observó como su esencia es ritmo y melodía.

Sin saber a donde ir llegó a la fuente del imaginario y advirtió la presencia de un señor parado, tenía una sola pierna, con un vistoso sombrero. Miraluna bebió hasta saciar su sed. Al acercarse el sombrerero, que también es pájaro, le susurró al oído: “Ahora canta con el pulso de la tierra”. En el espejo del agua aquellas palabras sonaron de su boca. Por primera vez Miraluna habló…

Miraluna, psiconauta explorando el mar de sonidos, su desconocido fondo y las señales del ruido.
Miraluna, serpiente que recorre y rompe en éxtasis la espina dorsal, generando algarabía y cantos.
Miraluna, desnudo, erotizado, con la mirada en la luna.

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